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lunes, 21 de noviembre de 2016

Despiertos

Hoy he decidido despertar a los ojos durante cinco minutos porque el sueño estaba repitiendo la misma historia de siempre y prefería contarla de memoria otro día. He pensado que os podría presentar una realidad inventada en un mundo tan irónico, que igual mañana esta realidad ya no existe porque se ha marchado con el. A cualquier otra parte.
Estaba cantando fuerte pensando en cómo os visitaría mañana, en si hace más tiempo que no doy una vuelta con la razón , o si el corazón se está mosqueando porque últimamente parece que solo hablo de él, y me estoy olvidando de mi misma. Pensaba en qué os contaría mañana si hoy estaba triste y cómo hacer para no transmitiros nada malo. En conclusión, no he llegado a ninguna, pero he decidido empezar ahora porque quizá mañana, quién sabe. Quizá mañana ya no esté aquí.
¿Cuantás veces lo hacemos?
Si, tienes razón. Vaya tópico. Empiezo a no sorprenderte. A ti que siempre tienes las excusas perfectas, las palabras justas para no perder demasiado el tiempo, la misma facilidad para ignorar todo aquello que no te gusta...A tí que te parece mejor que me imagine que me quieres a que me lo digas. Que me ilusione solo hoy para que mañana sigas siendo igual de libre. Que te conformas con un mañana porque no sabes dar validez al presente, que al fin y al cabo es el único que te acompaña.
Sí, tu. Ahora quizá sigas pensando lo aburrido que resulta mi tópico pero que... vaya tópico. Lo decimos tanto y lo aplicamos tan nunca que parece que ni existiera.
Y después de pararnos a pensar durante segundos, los dejamos de hacer porque llegamos a la conclusión de que esta no existe. Que depende de cada uno la cara con la que afrontamos cada desastre y cada intento. Las ganas e ilusiones con las que nos despertamos Y ...¿sabéis que os digo? Que nada de esto tiene sentido, que mañana olvidarás mis fábulas y quizá hoy también. Que nunca llegaremos a entender la mitad de lo que sería necesario para acabar con el lado oscuro de este cielo que a veces parece que llueve. Incluso nieva. Pero tenemos suerte. Y lo único de lo que estoy segura hoy y quiero deciros para mañana, pasado y el resto de vuestras vidas ,es que la gran finalidad del juego es ser felices. Aprendiendo a buscar la mínima sonrisa a cada gesto desinteresado que hacemos. Y sobre todo, que hacen. Y vive, vive como si mañana despertaras pobre sintiéndote la persona mas afortunada del mundo, porque tendrás el mayor tesoro. Te tendrás a ti mismo.

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